martes, 3 de junio de 2008

A veces no es necesario que existan leyes para que lo que reclamamos se plasme. La Ley de la Memoria Histórica, ¿necesaria?, puede ser un ejemplo. En 1973 intentó publicar Ramiro Pinilla su novela: Antonio B. El Ruso. No pudo, tuvo que esperar hasta 1977. Ahora se ha reeditado. Solo es la vida de una persona de carne y hueso, novelada por Pinilla. Leerla, sentir como el estómago se te enconge, como la rabia aparece, como la oscuridad de un tiempo se hace presente, como de ajustan las cuentas con personas que no merecen ese nombre.

Leer esa novela, es la memoria más real de un tiempo pasado pero demasiado cercano.

viernes, 30 de mayo de 2008

Juan Goytisolo vuelve a dar una lección a los papanatas de la novela, a aquellos que desprecian todo aquello que no están al nivel intelectual que ellos dicen que tienen, y que considera que todos los best-seller son infraliteratura.

Ciertamente, a todos nos gustaría estar capacitados para la lectura de esas obras cumbres, que la mitad de los que dicen haberla leído solo han consultado wikipedia para saber de que van, que pueden haber leído la introducción a cargo de un especialista.

Lo importante de la lectura es que aquellos que nos acercamos a un libro lo leamos, que podamos pasar del best-seller a la obra de culto es un proceso largo y que necesita toda una serie de factores exógenos para que nos ayuden a llegar.

Es como todo en esta vida: lo importante nos lo marcamos nosotros y a veces los objetivos alcanzados por otros nos permiten acceder a sus propios sueños y convertirlos en nuestros.

jueves, 29 de mayo de 2008

Esta es solo la primera de las posibles múltiples entradas que pueda hacer, pero como eso nunca se sabe, dieremos que elpaseante entre por vez primera y veremos que pasa en el futuro.

Es penoso ver como están algunos en estos días: han pasado de debatir sobre ideas a un quitame que me pongo yo, de un soporte sin fin de la cadena de los obispos a ser una panda de cínicos, según el defensor de la libertad de expresión. Son cosas que pasan, que solo demuestran con quién nos jugamos los cuartos.

Para otro día, habrá más, sería conveniente que quienes nos gobiernan se acuerden de gobernar, y no se crean que la oposición no existe: volverá, y esperemos que sea así: de lo contrario sería una forma de empezar con el declive de la democracia, algoi que ninguno deseamos ni esperamos.